¿Cuál fue la voluntad de Dios que Él pidió a Abraham que ofreciera a Isaac?
Todos sabemos que cuando Abraham tenía 100 años, Dios le dio un hijo, era Isaac. Más tarde, Dios pidió que Abraham ofreciera a su hijo Isaac como un holocausto, aunque Abraham no entendió la voluntad de Dios, fue capaz de obedecer las instrucciones de Dios para devolver su hijo a Dios con enorme dolor. cuando él tomó el cuchillo para matar a su hijo, Dios envió al ángel para detenerlo a tiempo. ¿Quieres saber que intención de Dios detrás de esto asunto?Vamos a leer las palabras de Dios:
Dios dice: "Cuando Abraham extendió su mano, y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo, ¿vio Dios sus acciones? Sí; las vio. Todo el proceso -desde el principio, cuando Dios le pidió a Abraham que sacrificara a Isaac, hasta el momento en que el hombre alzó el cuchillo para matar a su hijo- le mostró a Dios el corazón de Abraham, e independientemente de su insensatez, su ignorancia y su malinterpretación anteriores de Dios, en aquel momento su corazón era sincero, honesto; de verdad le iba a devolver a Isaac a Dios, ese hijo que Él le había dado. Dios vio obediencia en él, esa misma obediencia que Él deseaba".
"Aunque sólo era una prueba y un examen, Dios se sintió satisfecho, percibió el amor del hombre por Él, y se sintió confortado por este como nunca antes. En el momento en que Abraham levantó su cuchillo para matar a Isaac, ¿lo detuvo Dios? Dios no permitió que Abraham ofreciese a Isaac, sencillamente porque no tenía intención de tomar su vida. Así pues, detuvo a Abraham justo a tiempo. Para Dios, la obediencia de Abraham ya había pasado la prueba; lo que hizo fue suficiente, y Él ya había visto el resultado de lo que pretendía hacer. ¿Fue este resultado satisfactorio para Dios? Puede decirse que lo fue, que fue lo que Dios quería, y lo que anhelaba ver. ¿Es esto cierto? Aunque, en diferentes contextos, Dios usa diferentes formas de probar a cada persona; en Abraham comprobó lo que quería ver: que su corazón era sincero, y su obediencia incondicional, y este 'incondicional' era precisamente lo que Dios deseaba. Con frecuencia, las personas afirman: 'Ya he ofrecido esto, ya he renunciado a aquello; ¿por qué sigue Dios insatisfecho conmigo? ¿Por qué sigue sometiéndome a pruebas? ¿Por qué sigue examinándome?'. Esto demuestra una realidad: Dios no ha visto tu corazón ni lo ha ganado. Es decir, no ha visto la misma sinceridad que cuando Abraham fue capaz de levantar su cuchillo para matar a su hijo con sus propias manos y ofrecérselo a Dios. No ha visto tu obediencia incondicional ni ha sido confortado por ti. Es natural, pues, que Dios siga probándote. ¿No es cierto? Dejaremos este tema aquí. A continuación, leeremos 'la promesa de Dios a Abraham'".
De "La Palabra manifestada en carne"