La experiencia fracasada de la fe en Dios de Tomás es una advertencia para nuestro recibimiento al Señor Jesús en los últimos días

30.09.2020

Cuando se trata del recibimiento al Señor Jesús, muchas personas miran al cielo para observar si el Señor se aparece en una nube blanca. Si no lo ven con sus propios ojos, entonces no lo creerán aunque hayan oído que el Señor ha regresado mediante la encarnación y no buscarán ni investigarán. ¿Se ajusta a la voluntad de Dios esta opinión? ¿Esto no es la fe de Tomás en Dios? Cuando los discípulos del Señor Jesús dijeron que el Señor había resucitado de entre los muertos, Tomás no lo creyó, insistía en ver las marcas de los clavos del Señor con sus propios ojos para creer. Sin embargo, cuando realmente lo vio con sus propios ojos, el Señor Jesús le dijo: "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron" (Juan 20:29). Tomás estaba lleno de dudas hacia el Señor Jesús, valoraba la autenticidad de la aparición del Señor Jesús mediante sus ojos. Al final, vio las marcas de los clavos en el cuerpo del Señor Jesús, pero perdió la bendición.

Dios Todopoderoso dice: "Antes de que el Señor Jesús fuera clavado en la cruz, Tomás siempre dudó de que fuera el Cristo y no podía creerlo. Su creencia en Dios sólo se cimentaba en aquello que él podía ver con sus propios ojos, en lo que podía tocar con sus propias manos. El Señor Jesús entendía muy bien cómo era la fe de este tipo de persona. Ellos sólo creían en el Dios del cielo, y no creían en absoluto ni aceptaban al enviado por el Dios ni en el Cristo encarnado. Con el fin de que le reconocieran y creyeran en la existencia del Señor Jesús, y que de verdad era Dios encarnado, Él permitió que Tomás le tocara el costado. ¿Dudó Tomás de forma distinta antes y después de la resurrección del Señor Jesús? Siempre estaba dudando y, excepto el cuerpo espiritual del Señor Jesús que se le apareció personalmente y le permitió a Tomás que tocara las marcas de los clavos en Su cuerpo, nadie pudo resolver sus dudas ni consiguió que se deshiciera de ellas. Por tanto, desde el momento en que el Señor Jesús le permitió tocar Su costado y le dejó palpar la existencia de las marcas de los clavos, y la duda de este desapareció; supo realmente que el Señor Jesús había resucitado y reconoció y creyó que Él era el verdadero Cristo, que era Dios encarnado. Aunque en ese momento Tomás ya no dudó, había perdido para siempre la oportunidad de encontrarse con Cristo, de estar con Él, de seguirle, de conocerle; había perdido la oportunidad de que Cristo lo perfeccionara. La aparición del Señor Jesús y Sus palabras proveyeron una conclusión, y un veredicto sobre la fe de quienes estaban llenos de dudas. Usó Sus palabras y Sus actos prácticos para decirles a los que dudaban, a los que sólo creían en el Dios del cielo, pero no en Cristo: Dios no elogió la creencia de ellos ni que le siguieran llenos de dudas. El día que creyeran por completo en Dios y en Cristo sólo podría ser el día en que Dios completara Su gran obra. Por supuesto, también sería el día en que su duda recibiría un veredicto. Su actitud hacia Cristo determinó su destino, y su obstinada duda significaba que su fe no había producido resultados, y su dureza indicaba que sus esperanzas eran en vano. Debido a que su creencia en el Dios del cielo se alimentaba de ilusiones, y a que su duda hacia Cristo era en realidad su verdadera actitud hacia Dios, aunque tocaran las marcas de los clavos en el cuerpo del Señor Jesús, su fe seguía siendo inútil y su resultado sólo podía describirse como golpear el viento, en vano" ( "La Palabra manifestada en carne" ).

Al tratar el asunto de recibir al Señor Jesús, el fracaso de Tomás nos da una advertencia, que si también nos adherimos a la opinión de "ver es creer", pensando que debemos ver al Señor Jesús descender sobre una nube con nuestros propios ojos antes de admitir que Él ha regresado. ¿No es fácil cometer el mismo error que el de Tomás y perder la salvación de Dios? Hoy en día, el Señor Jesús ya ha regresado en la carne y ha llevado a cabo la obra de juicio y de castigo. Muchas personas que anhelan la aparición de Dios han reconocido la voz de Dios y han recibido al Señor por medio de buscar e investigar, disfrutando de la paz y el gozo de tener la presencia de Dios. Entonces, tú, eres que anhelas el regreso del Señor Jesús, ¿quieres aferrarte a tus propias nociones para convertirte en una persona como Tomás, o despegarte de ellas para obtener la salvación de los últimos días de Dios?

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Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.lbla.com.


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